jueves, 27 de mayo de 2010

Alegría de bolsillo.

En la vida cotidiana de aquellos que no somos detectives en Nueva York, ni fuimos picados por un insecto que nos permite convertirnos en superhéroes por las noches, ni somos los creadores de una fabulosa máquina del tiempo que nos permite hacer y rehacer nuestras vidas con fantabulotásticas aventuras que implican bichos gigantes, dinosaurios, montañas, más dinosaurios, Windows 3.1, más dinosaurios y Julián Weich, bue, en fin, si tu vida no implica alguno de estos casos, quiere decir que no curren de seguido cosas “grandiosas”, a  lo sumo nos pasa alguna cada un par de años, pero pará de contar.

Sin embargo, sí nos suceden con mayor frecuencia pequeñas cosas que nos producen un placer “pavote”, puede ser que sean cortito como patada de chancho, pero por un rato logra que dejemos de envidiar hasta al Chavo del 8 con sus aventuras con la Chilindrina, y sus fumatas con el profesor Girafales y doña Florinda (?)

 

Acá vamos con un arbitrario e incompleto listado de esas pequeñas cositas que ayudan a que las personas sean un poquito (al meeenos) más felices.

-Inflar la bici (con el inflador eh!).
-Cuando se te terminan las pilas de algo (tipo Mp3, o algo así), que las de tu control remoto sean justo las mismas.
-La sonrisa cómplice de un amigo.
-Que el helado de frutilla tenga frutillas.
-Pisar las montañitas de hojas en el otoño.
-Poner el despertador un raaato antes de tener que levantarte así, después de despertar, podes dormir un rato más.
-Pasar una parte de un juego en la cual estabas trabado hace horas.
-Reír sin ningún sentido.
-Que te salga esa palabra que hace media hora “tenés en la punta de la lengua”.
-Dar vuelta la almohada cuando se calienta mucho de un lado.

Y bueno, puedo seguir, pero creo que la idea está (además que en este momento no se me ocurre ninguna otra :P). Creo que cada uno debe tener sus cuantos propios pares de alegrías de bolsillo, hasta pueden encontrar algunos que no se habían dado cuenta en la cotidianeidad de lo mas cotidiano ^^

.

.

....-Siempre es importante estar en contacto con nuestro niño interior, es el filtro que nos permite ver el mundo sin la corrupción de una mente adulta, que también nos permite olvidarnos un rato de las dificultades del mundo de los mayores, un mundo que a veces parece confuso y difícil de comprender... Lo mejor de ser niño es creer que todo, por más imposible que parezca, puede hacerse realidad... Que las convenciones de la sociedad pasen a segundo plano, solo nuestro niño interior nos va a recordar que hay que ser fiel a los sueños, a pesar de que parezcan imposibles de alcanzar. A veces creo que soy como un barrilete, que depende del viento, pero también de la habilidad del que lo maneja.. yo siento que el viento empieza a soplar a mi favor, ojala tenga la habilidad para dejarme llevar con la astucia de un adulto, y el corazón de un niño.