Quisiera vivir en un mundo donde los rifles dispararan balas de chocolate...

Dos hippies lánguidas (posiblemente bajo los efectos de alguna droga sedativa) se desploman en el piso y comienzan a cuchichear.

Hippie “A” (la del pelo casi pasado de florecido, como mustio) le preguntó a Hippie “B” (la del tono de voz anémico) qué quiere hacer de su vida.

Hippie “B” (la de la mirada vacía) le dice que tiene ganas de viajar, pero no sabe. También le gustaría estudiar actuación, o canto, o fotografía “algo artístico, viste?”.

Hippie “B” no sabe qué quiere estudiar, pero de estudiar algo le gustaría que sea en San Telmo, Buenos Aires, porque ese lugar le produce “sensaciones copadas”.

Hippie “B” (la que no usa corpiño, la que tiene gestos desanimados) le pregunta a Hippie “A” (la que toca la guitarra y limpia su cuarto cada 15 días) cómo es su chico ideal. Dice algo de un pantalón de corderoy y un cárdigan. Creo haber escuchado algo de un sobretodo, pero creo que hacía 30° a la sombra, debí haber escuchado mal.

Hippie “B” (la que hace dos años que quiere recorrer el norte con una mochila, pero considera que aún la mochila no está lo suficientemente gastada ni su pelo lo suficientemente largo) dice que a ella le gustaría que tenga sensibilidad artística, que le guste Fidel Nadal, el under, dice que hay muchos buenos artistas que no tienen difusión.

Hippie “A” (la que le dio de comer masitas al gato durante una semana porque le daba fiaca ir a comprar algo de carne o balanceado) asiente con la cabeza, está de acuerdo, incluso cita el caso de su primo, que tiene una banda que una vez llenó un bar de Firmat. Dice que el bajista tiene unos anteojos re locos.

Hippie “B” (la que usa las galerías de arte como el living del Amor de Roberto Galán [es decir, va a chamuyar tipos]) se queda callada un rato. De pronto reacciona. Dice que estaría bueno prenderse uno.

Lo que me molesta de estas hippies es su modo de ver la realidad... Divagan mucho...

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....-Nadie es tan pobre como para no regalar una sonrisa...